En Trás-os-Montes, en el norte de Portugal, en la aldea de Varge, durante la Navidad los Caretos celebran la Festa dos Rapazes, en conmemoración del solsticio de invierno. Los Caretos son conocidos por ser hombres enmascarados que, de forma segura, provocan el caos en el pueblo donde residen. Entre el 24 y el 26 de diciembre, los jóvenes del pueblo se encargan de mantener la tradición. Para ello, el 24 de diciembre, los chicos solteros se reúnen y organizan en secreto los planes de la fiesta. Luego, el 25 de diciembre, después de la misa de Navidad, los Caretos saltan a la calle, a la vez que gritan y ríen, mientras la gente escucha matracas y tambores. Mientras los Caretos andan por la calle, se lanza heno a la población, así como agua de las fuentes y se provoca a los animales. También se acostumbra a hacer el "cantar das loas", donde se hacen bromas sobre acontecimientos y determinadas situaciones de algunas personas que residen en el pueblo.
São Martinho
También en el norte de Portugal, en Guarda, concretamente en Aldeia Viçosa, se celebra por segunda vez São Martinho el 26 de diciembre. Tradicionalmente, São Martinho se celebra en noviembre, y es costumbre comer castañas y beber Jeropiga. Sin embargo, en Aldeia Viçosa, el 26 de diciembre, la población hace el Magusto da Velha. La tradición se remonta a una señora, cuyo nombre se desconoce, que quiso dejar un valor vitalicio a la junta parroquial para ofrecer castañas y vino a los más necesitados. Además, la señora también pidió a la población que rezara un "Padre Nuestro" en su honor en Navidad. El día de Magusto, se arrojan 150 kilos de castañas desde la torre de la iglesia, mientras las campanas tocan sin parar. La población recoge las castañas que caen para asarlas en una gran hoguera llamada Madeiro de Natal. Además de las castañas, se reparte vino tinto para brindar en honor a la vieja.
O Menino Mija
Saliendo del Portugal continental, en las islas Azores existe una tradición, con un nombre peculiar, llamada "O Menino Mija" ("El niño orina", en español) Entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, la gente visita a sus familiares y amigos, yendo de puerta en puerta para degustar los dulces y licores tradicionales que, por regla general, ya están disponibles en las mesas. Antes de entrar en las casas, es casi obligatorio preguntar a los propietarios "¿el niño orina?" ("¿el menino mija?"). La tradición llevó a la creación de un licor con el mismo nombre. El producto se vende en varios sitios comerciales o por Internet, pero durante la época navideña el licor se agota con bastante facilidad, debido a la gran demanda.
Aunque la Navidad se celebra de diferentes maneras, el amor y el espíritu de unidad son comunes en todas las familias, ya que muchas encuentran en esta época el momento de reunirse después de muchos meses, o incluso años, de ausencia.