Al inicio del proceso de vacunación en Portugal, surgieron casos de vacunación inadecuada, lo que llevó al instituto IGAS, el 28 de enero de 2021, a un proceso de inspección para la ejecución de la primera fase de este plan para verificar el cumplimiento de las normas y directrices aplicables a la administración de la vacuna contra el Covid-19.
En su momento, el IGAS señaló que la inspección abarcaría, en esta fase, las cinco administraciones sanitarias autonómicas, los hospitales, los centros hospitalarios y las unidades sanitarias locales del Servicio Nacional de Salud, así como algunas entidades que integran los servicios centrales del Servicio Nacional de Salud.
La inspección se ha basado en tres aspectos: los criterios de selección de las personas a vacunar dentro de los grupos prioritarios, los procedimientos de gestión de las dosis sobrantes y las medidas para evitar el despilfarro.
Los resultados de la inspección ya han sido publicados en el "boletín" del IGAS e indican que, en total, se investigaron 272 entidades y unidades sanitarias de los sectores público, privado y social, y se elaboraron 10 informes semanales (provisionales) y un informe global.
Después de esta inspección, se iniciaron ocho procesos de aclaración, 41 procesos de investigación y seis procesos de inspección.
La Inspección General de Actividades Sanitarias estableció ocho procesos de inspección para verificar las condiciones de la cadena de frío en los centros de vacunación contra el Covid-19.
En estos ocho procesos se emitieron 53 recomendaciones, señala el organismo.
El IGAS destaca dos recomendaciones, una de ellas dirigida a asegurar que "la verificación diaria de la monitorización continua de la temperatura interna de los equipos de frío del centro de vacunación permita el registro sistemático y la identificación de las desviaciones en tiempo útil, mediante el establecimiento de parámetros que garanticen un análisis inmediato de las incidencias detectadas con reporte a los servicios farmacéuticos responsables de la cadena de frío de las vacunas".
La otra recomendación pretende "asegurar que los límites máximos y mínimos definidos en el 'data logger' [registro de datos] del centro de vacunación para la identificación de las desviaciones de temperatura se ajustan a los límites establecidos en la normativa de la Dirección General de Salud y en los procedimientos internos (entre 2ºC y 8ºC)".
El IGAS afirma que, con esta actuación, "garantizó que el proceso de vacunación, en la primera fase (en la que se vacunó a las personas por grupos prioritarios), se realizara de forma transparente, tras varios indicios de comportamientos inadecuados que crearon en los ciudadanos cierta desconfianza en las autoridades sanitarias."
En las inspecciones de las condiciones de la cadena de frío de las vacunas, el IGAS trató de garantizar "un buen uso de los recursos públicos y la seguridad de las personas vacunadas".
Las irregularidades en el proceso de vacunación provocaron la destitución del coordinador del "grupo de trabajo" del plan de vacunación, Francisco Ramos, que fue sustituido en el cargo por el vicealmirante Gouveia e Melo.