"Independientemente, con o sin la tasa turística, el área de la vivienda es una prioridad", declaró el vicepresidente de la Cámara de Lisboa, Filipe Anacoreta Correia(CDS-PP).
En el marco de una audiencia en la Asamblea Municipal de Lisboa sobre el proyecto de presupuesto para 2023, el vicealcalde dijo que el modelo de la tasa turística puede ser modificado, señalando que esta competencia no es exclusiva del ejecutivo municipal.
La utilización de los ingresos de la tasa turística municipal para inversiones en el área de la vivienda, incluso para "mitigar los efectos del turismo" sobre la oferta y los precios de las casas en la ciudad, fue defendida por los diputados municipales Vasco Barata (BE) y Miguel Coelho (PS) , así como la posibilidad de aumentar el valor actual de dos euros por noche.
A esta propuesta se opuso Carlos Reis (PSD), que la consideró "ilegal", afirmando que "el problema de la vivienda no se puede resolver con más impuestos".
En respuesta, Anacoreta Correia dijo que "es posible profundizar" en el modelo de la tasa turística municipal de Lisboa, pero advirtió que, en el volumen presupuestario del ayuntamiento, este impuesto tiene una recaudación "muy limitada".
"Tenemos la previsión de cerrar el año con una recaudación de 32 millones de euros por la tasa turística para un presupuesto que será de casi 1.000 millones de euros", señaló.
En la ciudad de Lisboa, la tasa turística comenzó a aplicarse en enero de 2016 sobre las pernoctaciones de turistas nacionales (incluidos los locales) y extranjeros en un hotel o unidades de alojamiento locales. Inicialmente, era de un euro por noche, pero a partir de enero de 2019 aumentó a dos euros.