El concepto combina creatividad y tradición introduciendo en Lisboa un manjar icónico al estilo de Ámsterdam, con patatas de origen local, ingredientes innovadores y salsas para convertir una simple patata frita en una delicia personalizable para todos los gustos.

A diferencia de muchos otros establecimientos que dependen de productos congelados, Potato Project corta y prepara cada patata en la propia casa todos los días. "De la granja a la mesa, las patatas son el núcleo del negocio. No utilizamos patatas fritas congeladas ni productos con aditivos, y estamos 100% libres de lactosa y gluten", explican Jeremy y Robert, fundadores de Potato Project, a The Portugal News.

Presentación del concepto

"Había pasado mucho tiempo en Ámsterdam y me di cuenta de lo populares que eran este tipo de patatas fritas, que se llevan haciendo desde hace casi 100 años", relató Jeremy. "Cuando llegué a Lisboa, no vi nada parecido aquí. Así que pensé que sería una gran oportunidad para introducir algo diferente".

Jeremy no tardó en conocer a Robert, que vivía en Cascais, y ambos decidieron unir fuerzas. Juntos viajaron a Ámsterdam para hacer un estudio de mercado, explorar una gran cantidad de tiendas de frite y aprender de los mejores. "No queríamos limitarnos a servir patatas fritas congeladas en un cucurucho con ketchup o mayonesa, queríamos intentar elevar el nivel", comenta Robert.

Créditos: Imagen suministrada; Autor: Cliente;

"Tenemos todo el equipo que se utiliza en las mejores tiendas de patatas fritas de Ámsterdam, en cuanto a freidora, salsas y aceite. De hecho, fuimos los primeros en traer este tipo de maquinaria a Portugal, para hacer estas frites", continúa Jeremy. "Obtenemos las patatas directamente de la fuente, lavamos la tierra en la tienda y las freímos a la manera tradicional, como se hace en Ámsterdam y Bélgica".

Conocidas por su carne lisa y amarilla y su forma tubular, las patatas Agria son una variedad portuguesa única, que da a las patatas fritas un sabor distinto que las distingue. "Es un ciclo de crecimiento bastante estacional, no se pueden utilizar patatas del supermercado sin más, tienen que tener el tamaño adecuado con un contenido específico de almidón porque nuestras patatas fritas tienen 12 mm de grosor y longitud, así que queremos asegurarnos de que cada cliente recibe un cono de patatas fritas realmente bueno, y mantener la calidad de la patata durante todo el año."

Experiencia personalizada

Las patatas fritas se sirven en cucuruchos, con opciones de tamaño pequeño, mediano o grande. Los visitantes pueden elegir entre 13 salsas, como la tradicional mayonesa holandesa, mayonesa de trufa, piri-piri, guacamole y curry, todas ellas elaboradas en la propia empresa con una base procedente de los Países Bajos. Además, hay una selección de ingredientes frescos, como tres tipos de queso (cheddar, parmesano y de las Azores) y otros extras, como bacon crujiente, cebolleta y rúcula.

"También recomendamos encarecidamente nuestras especialidades de patatas fritas, cuyo maridaje de sabores ha sido elaborado por expertos", afirma Robert. Por ejemplo, las Truffled Fries llevan mayonesa, cebolleta y rúcula, mientras que las New York Fries llevan salsa de cóctel, beicon crujiente, queso cheddar y pepinillos eneldo.

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El objetivo de The Potato Project es ofrecer a los clientes la libertad de construir su propio cono de patatas fritas "cargado", con infinitas posibilidades para crear una obra maestra personalizada. Inspirado en la naturaleza peatonal de Lisboa, con sus parques, miradores y rica historia, el concepto se diseñó para dar a la gente la opción de disfrutar de un delicioso cono de patatas fritas mientras exploran la ciudad, al igual que en otros destinos europeos.

Aunque la tienda ofrece un espacio acogedor con capacidad para 12 personas y un bar de pie, la idea es animar a los clientes a coger sus patatas fritas y disfrutar de Lisboa a pie, convirtiéndolo en el tentempié ideal para un día de turismo.

El paraíso de la patata

Desde la apertura de su primera tienda en la Rua da Conceição de Lisboa en noviembre de 2022, el Proyecto Patata se ha convertido en uno de los favoritos de visitantes y residentes. La tienda registra largas colas, especialmente los fines de semana, con multitudes que acuden a disfrutar de las patatas fritas recién cortadas.

Aunque todavía se encuentran en las primeras fases de crecimiento, Jeremy y Robert ya están pensando en seguir expandiéndose. Están a punto de abrir una nueva tienda en Bairro Alto, un animado barrio de Lisboa, y también planean un local en Oporto. Además, ya han abierto una franquicia en Albufeira y están estudiando activamente más ubicaciones en la región del Algarve.

La atención a la calidad es evidente en todos los aspectos de las operaciones de Potato Project, desde la obtención de las patatas hasta la elaboración de salsas y aderezos personalizados. La frescura de su enfoque ha atraído a un público fiel, y la accesibilidad de la marca es una de las claves de su éxito.

"Un cucurucho de patatas fritas con salsa incluida cuesta sólo 3, 4 o 5 euros, porque queremos asegurarnos de que todo el mundo, ya sea local o turista, pueda disfrutar de nuestras patatas fritas a un precio asequible", asegura Jeremy. "No queremos que parezca que nos aprovechamos del turismo de Lisboa, la mitad de nuestros clientes son familias portuguesas, locales y estudiantes, que es algo a lo que damos prioridad".

También están explorando nuevas ideas, como ofrecer productos de temporada como Stroopwafels holandeses caseros -gofres con sirope de canela- y una variedad de cervezas artesanas, vinos y refrescos para complementar las patatas fritas.

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Más que patatas fritas

Las patatas fritas suelen tener la mala fama de ser algo poco saludable, pero este enfoque está cambiando la narrativa al centrarse en la esencia natural de la patata. "Nuestro proceso consiste en preservar la integridad de la patata cruda y su auténtico sabor. Al poder crear tus propias combinaciones, intentamos que las patatas fritas sean algo más que una patata frita".

"La motivación es hacer bien todo lo básico, perfeccionar las patatas fritas, y a partir de ahí personalizarlas de una forma más premium que ofrezca un valor diferente a nuestros clientes", concluye Jeremy. "Queremos ser un producto básico en Portugal".

La misión de The Potato Project es llevar las mejores patatas fritas a Portugal, ofreciendo al mismo tiempo una experiencia auténtica y de inspiración local. A medida que sigan innovando y evolucionando, esperan influir para que más gente vea las patatas fritas como algo más que comida rápida, sino como un tentempié de alta calidad, personalizable y apto para todos los públicos.


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Kate Sreenarong