Los biopesticidas, elaborados a partir de materiales naturales, ofrecen soluciones de control de plagas con menor impacto ambiental que los pesticidas químicos convencionales.
Entre ellos hay hongos que infectan y matan pulgones y escarabajos, virus que atacan a ciertas orugas y aceites esenciales como el de clavo, que repele las plagas.