La mayoría (69%) de las familias portuguesas mantuvieron una situación económica similar a la del periodo prepandémico y el 3% incluso la mejoró, pero el 28% restante sintió el impacto de la crisis pandémica. Este es el resultado de una encuesta que muestra que los hogares más afectados tenían ingresos intermedios y menos educación, muchos de ellos vinculados al sector del alojamiento y la restauración.
"Según la Encuesta sobre la Situación Financiera de las Familias 2020, realizada entre octubre de 2020 y febrero de 2021, el 69% de los hogares de Portugal consideraba que su situación financiera era similar a la que tenía antes de la pandemia, el 28% la consideraba peor y el 3% consideraba que había mejorado", revela el Instituto Nacional de Estadística (INE). De este 28%, el 24% todavía podía pagar los gastos sólo con sus ingresos.
Las familias más afectadas por la pandemia fueron las más jóvenes, con hijos en el hogar, con ingresos intermedios, con estudios inferiores a los superiores y que trabajan como autónomos -el 71% frente al 34% de los asalariados-.
"La evolución de los ingresos debido a la pandemia mostró una gran variabilidad en función del sector de actividad en el que trabajaba la persona de referencia", señalan el INE y el Banco de Portugal (BdP). Por un lado, tenemos el alojamiento y la restauración, donde el 74% de las familias registraron una pérdida de ingresos. Por otro lado, tenemos sectores como la información, la comunicación y las actividades financieras o la administración pública, la educación y la sanidad en los que la reducción de ingresos afectó a menos del 30% de las familias.
Las familias redujeron sus gastos en alimentación, ropa y viajes
Ante la pérdida de ingresos provocada por la pandemia, la mayoría de las familias (67%) "declaró haber reducido los gastos en alimentación, ropa, viajes u otros bienes y servicios de consumo (bienes y servicios no duraderos)". Esta fue la primera medida de contención del gasto ante la disminución de las entradas de dinero.
Sin embargo, los portugueses también recurrieron a los ahorros acumulados en el pasado o a la venta de bienes de valor, así como a la moratoria bancaria para los préstamos hipotecarios y a la ayuda de familiares y amigos. El deterioro de la situación financiera también llevó a posponer la compra de una casa, un coche u otros bienes duraderos.
"Mucho menos frecuente fue el uso de otro tipo de medidas, como la moratoria de otros préstamos, el dejar sin pagar algunas facturas, la renegociación de los préstamos existentes, la contratación de un nuevo préstamo, la moratoria en el pago del alquiler de la vivienda o la ayuda de instituciones de solidaridad social", señalan el INE y el BdP.
La Encuesta de Situación Financiera de los Hogares 2020 (ISSF 2020) fue realizada entre octubre de 2020 y febrero de 2021 por el INE y el Banco de Portugal.