Según los expertos escuchados en la última reunión de la Comisión Permanente para la Prevención, Vigilancia y Seguimiento de los Efectos de la Sequía, el año 2022 va camino de ser otro año seco con "un 80% de probabilidad",
Con los datos de enero ya cerrados, se puede concluir que ha sido el sexto más seco desde 1931, con un valor medio de 13,9 mm de precipitación, equivalente al 12% del valor normal verificado entre los años 1971 a 2000.
"En cerca del 75% del territorio, los valores de la cantidad de precipitación fueron inferiores a 10 milímetros", estima el IPMA, indicando que sólo llovió en territorio portugués en los 10 primeros días del mes.
Desde el año 2000, 11 años han registrado precipitaciones por debajo de la media, destacando el año 2005, un año de sequía histórica, el peor desde 1945, conclusión a la que se llegó en junio, cuando el 68% del territorio estaba en sequía extrema y severa.
En 2005, la precipitación total anual alcanzó sólo 503 milímetros, el valor más bajo de la larga serie que el IPMA pone a disposición.
Estas condiciones obligaron a realizar cortes y reducciones en el suministro de agua y a enviar camiones cisterna para abastecer a varias localidades.
En diciembre de ese año, casi diez mil personas seguían utilizando autocisternas para llenar los depósitos y más de 11 mil estaban sometidas a periodos de reducción o cortes, desapareciendo el agua de los pozos en 16 municipios.