"Las decisiones tomadas ayer [por el jueves] por el Consejo de Ministros prevén la eliminación prácticamente total de las medidas que aún existen y también fijan el momento en que desaparecerán las pocas restricciones que sobrevivirán", dijo António Costa.
Costa subrayó: "Estas restricciones han sido una forma de liberarnos del riesgo de contaminación y de la pandemia".
La mejora de varios indicadores relacionados con la pandemia de Covid-19 llevó al Gobierno a aprobar el jueves el levantamiento de varias restricciones, un alivio de las medidas que consideró "un paso más hacia la vuelta a la vida normal".
Portugal continental dejará, de entrada, de estar en situación de calamidad y entrará en estado de alerta, el nivel más bajo de respuesta a situaciones de catástrofe de la Ley Básica de Protección Civil y que estará en vigor hasta el 7 de marzo.
Al mismo tiempo, el certificado digital dejará de ser necesario para acceder a los restaurantes y establecimientos hoteleros, quedando sólo como obligatorio para el control de fronteras.
La entrada a bares y discotecas ya no está sujeta a la exigencia de un test negativo, al igual que el acceso a grandes eventos y recintos deportivos.
Se mantiene la exigencia de prueba negativa para el coronavirus SARS-CoV-2 para las visitas a domicilios y centros sanitarios, teniendo en cuenta que son grupos de especial vulnerabilidad, así como el uso de mascarilla en espacios interiores.
También se prevé que los contactos de alto riesgo ya no tengan que estar recluidos, sólo las personas que den positivo al coronavirus SARS-CoV-2 estarán en aislamiento.
El Consejo de Ministros también ha decidido que ya no se recomienda el teletrabajo, con la "normalidad" en el trabajo, y que los espacios comerciales ya no tienen limitaciones en cuanto al número de clientes en su interior.
Según António Costa, las medidas entran en vigor tras su promulgación por el Presidente de la República.