Ahora, los aproximadamente 1.100 alumnos de la escuela principal del grupo de escuelas del municipio de Gondomar tienen prohibido el uso de teléfonos móviles tanto en el aula como en los recreos.
Esta ha sido la primera de las cuatro jornadas determinadas por la dirección del grupo para el mes de marzo. Desde el inicio del curso escolar, cuando se implantó la prohibición total del uso de estos aparatos, todos los meses hay días definidos, no siempre cuatro, sin móviles.
La única excepción es el uso de celulares para actividades docentes y pedagógicas, explica el director Laureano Valente, quien destaca que el objetivo principal es promover la comunicación y la convivencia entre los alumnos.
"Nuestra meta es que nuestros alumnos comiencen a tener otras rutinas de comunicación, socialización y crecimiento grupal porque -en una sociedad de comunicación global donde cada vez estamos más aislados- es importante que nuestros jóvenes creen estos hábitos de cercanía con los demás, que no sea a través de un dispositivo", defiende.
Con el acuerdo de alumnos y tutores, con los que hubo una reunión a principios de curso, se han seguido las orientaciones, casi siempre al pie de la letra. Salvo dos o tres casos de infracción, uno de ellos por olvido.
"Sobre todo, se ve que nuestros alumnos empiezan a hablar de forma tranquila, sin gritar", afirma.
Además de los beneficios derivados del fomento de nuevas formas de comunicación, se observa una reducción de los efectos negativos del uso excesivo del móvil, ya sea en términos de concentración, visión o postura corporal.
Al frente de los destinos del grupo -que en total, incluyendo preescolar y enseñanza básica, tiene 2.100 alumnos- desde hace poco más de un año, el objetivo final de Laureano Valente es implantar la prohibición del uso de estos aparatos de forma gradual y volver a un escenario que era una realidad en la escuela hace unos años.