"Es importante que la gente tenga esta idea, incluso para rebajar un poco las expectativas" de que la situación en el Servicio Nacional de Salud se resolverá "instantáneamente". No será así", declaró Xavier Barreto a la agencia Lusa.
El responsable argumentó que, si los hospitales tuvieran recursos para abrir todas las urgencias, no sería necesario este "plan de contingencia, que, en el fondo, es el plan de verano".
Xavier Barreto citó un estudio reciente del PlanAPP - Centro de Planificación, Política y Prospectiva de la Administración Pública, según el cual serían necesarios 2.939 médicos más (el 13,6%) para armonizar las disparidades regionales, tomando como referencia la mayor ratio regional de médicos especialistas en atención primaria y hospitales en relación con la población.
También señaló otras estimaciones que tenían como referencia las horas extraordinarias y los proveedores de servicios (médicos de guardia) y que indican que, si se sustituyeran por médicos contratados, harían falta unos 4.000.
"Aunque contratemos a todos los especialistas que formamos cada año, esos 3.000 o 4.000 médicos tardarán en formarse y contratarse. Por lo tanto, preparémonos para que en los próximos años necesariamente tengamos que tener una respuesta organizada de otra manera que busque paliar esta escasez", defendió.
Ningún "milagro
El administrador hospitalario ha subrayado que la situación en los hospitales, en cuanto a urgencias, es la misma que el año pasado "y no va a ser diferente en las próximas semanas", porque el número de médicos es prácticamente el mismo y, por tanto, "el resultado no puede ser muy diferente".
"Por lo tanto, esa idea de que hay un plan milagro (...) no tiene absolutamente ningún sentido", dijo, subrayando que un plan de verano es esencialmente un plan de contingencia para decidir, con los recursos que hay, qué servicios estarán abiertos o cerrados.