De aquí a 2026, el número de cruceros que atraquen en la terminal se reducirá a la mitad, a 100, frente a los 190 actuales, con el objetivo de frenar la contaminación procedente de los generadores llenos de aceite de los buques y gestionar el número de turistas, no sólo en Ámsterdam, sino en toda Holanda.
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Además, se prohibirá a los cruceros atracar en el centro de la ciudad, y se prevé prohibirles totalmente la entrada en los límites urbanos de Ámsterdam.