Estas cifras han sido publicadas por Eurostat, la oficina europea de estadística. Indica que la población en riesgo de exclusión social o pobreza tiene menos probabilidades de vivir en hogares que han mejorado su eficiencia energética (sólo el 17,8%), frente al 27,5% del grupo que no se enfrenta a estos riesgos.

Si nos fijamos en las personas con mayor riesgo de pobreza y exclusión, Estonia, Países Bajos y Lituania son los países que registran las tasas más altas de eficiencia energética: 47,8%, 45,1% y 32,5%, respectivamente. En el otro extremo se sitúan Chipre (5%), Malta (6,7%) e Italia (6,9%).

Portugal consigue situarse por encima de la media europea en cuanto a las mejoras en eficiencia energética que se produjeron en el quinquenio hasta 2023, alcanzando casi el 30% de los hogares en los que se produjo esta evolución, pero sigue ocupando el puesto 13 entre los 27 países que forman parte del bloque.