Denominada Neptuno VI, la operación sirvió para reforzar la seguridad a lo largo de las rutas del Mar Mediterráneo, incluyendo también aeropuertos y fronteras de los países participantes.

La operación contó con la cooperación de Frontex y Europol y, además de en Portugal, tuvo lugar en Albania, Argelia, Bulgaria, Chipre, Francia, Irak, Italia, Jordania, Líbano, Montenegro, Marruecos, España y Túnez.

"La operación se centró en la identificación y el análisis de las pautas de desplazamiento de combatientes terroristas extranjeros y personas vinculadas al terrorismo, así como de grupos delictivos responsables de delitos transfronterizos como el tráfico de drogas, el contrabando de armas y la trata de personas", afirma Interpol en un comunicado.

Durante las dos semanas que duró la operación también se identificaron vehículos robados y pasaportes perdidos o robados, que son fundamentales para facilitar la financiación y la movilidad de los terroristas, añadió Interpol.

Al término de Neptune VI se habían cruzado doce millones de puntos de datos y se había detenido a 16 de las personas más buscadas por la organización, así como a otras 54 buscadas por las autoridades de algunos de los países por delitos detectados en la frontera, entre ellos delitos relacionados con las drogas y fraudes, así como contrabando de oro, dinero y armas.