SISTER ACT, una de las obras favoritas del público, sería ambiciosa para cualquier grupo de teatro profesional, pero aún más para los aficionados. A juzgar por los aplausos y las ovaciones del público, los algarvíos lo han conseguido con creces. El grupo llevaba ensayando desde abril y ha demostrado lo que el entusiasmo y la pericia de un director inspirado pueden conseguir.
"Palmas" a Carmen Danen, la directora, por producir un espectáculo tan profesional. El argumento, como todos sabemos, es el de una aspirante a cantante de cabaret -Deloris- que presencia cómo su amante gángster Curtis mata a un compinche. Curtis tiene que liquidarla, ya que se ha convertido en testigo material. Deloris escapa disfrazada a un convento y convierte a las apáticas monjas en un armonioso coro. Cuando su fama se extiende, Curtis, el mafioso, la localiza y ahí empieza la diversión.
Deloris fue interpretada por la dinámica Joana Jacob. Su enorme energía iluminó el escenario desde su primera entrada. Madeleine Wheare, como la Madre Superiora, fue superior en todos los sentidos, ¡y qué voz tan sorprendente! Eddie el policía, Alex Melo, estuvo pulido y sus desafiantes solos salieron a la perfección. Nemerson Ramos, nuevo en los Algarve, se mostró seguro y atractivo en su papel de Curtis. El trío de gángsters estuvo especialmente bien en la escena en la que se desnudan, una reminiscencia de The Full Monty, divertidísima.
La iluminación fue la mejor que he visto en ese teatro y la dirección escénica, los cambios de escena y la coreografía, profesionales y hábiles. El vestuario también ayudó a crear los personajes, especialmente el Monseñor, en su papel cómico frente a la madre-superiora.
Yo, como el resto del público, disfruté de un espectáculo muy edificante. Es un placer ver que este grupo prospera cuando tantos otros tienen dificultades para hacerse miembros. Bien hecho, The Algarveans. ¡Hay monjas como vosotros!
Texto de David Butler-Cole
Imagen del grupo - crédito: Carmen Danen
Otras imágenes: Igor Rosi, www.AlgarvePictures.com