El férreo control del gobierno sobre el juego ha dejado a los jugadores buscando alternativas y, como resultado, muchos acaban utilizando plataformas que operan en una zona gris. Es una situación delicada que no deja de crecer y, hasta ahora, el Estado ha luchado por mantenerla bajo control.
De momento, Noruega sólo tiene una casa de apuestas legal de propiedad estatal: Norsk Tipping. Es el único operador con licencia y, aunque es legal, no ofrece la variedad ni la emoción que desean muchos apostantes. Por eso muchos noruegos recurren a sitios de apuestas internacionales sin licencia. Estas empresas operan sin autorización y al margen de la normativa gubernamental, lo que plantea problemas de equidad y seguridad para los usuarios.
Para combatir este creciente "mercado negro", el gobierno noruego ha tomado medidas enérgicas con nuevas restricciones. Ya intentó bloquear los pagos a sitios sin licencia y prohibió su publicidad. Ahora van más allá.
El próximo gran paso es el bloqueo de DNS, que entrará en vigor el 1 de enero de 2025. Esto significa que el gobierno bloqueará el acceso a los sitios de apuestas sin licencia a través de los proveedores de Internet. Esencialmente, los noruegos que intenten visitar estos sitios se toparán con una señal digital de "prohibido el paso". El objetivo es obligar a los jugadores a volver a la plataforma regulada por el Estado, donde las cosas están más controladas y (esperemos) son más seguras para los usuarios.
¿Qué significa esto para el mercado de las apuestas? Por un lado, el bloqueo de DNS podría reducir el número de personas que utilizan sitios ilegales. Si el gobierno consigue bloquear el acceso, el mercado negro podría reducirse. Por otro lado, los críticos argumentan que la gente siempre encontrará formas de eludir las restricciones, por lo que es posible que muchos apostantes sigan como siempre.
En definitiva, es difícil saber hasta qué punto serán efectivas estas medidas. Está claro que los jugadores noruegos quieren más variedad de la que ofrece el monopolio estatal, y puede que el simple bloqueo de sitios web no solucione el problema. Hay quien dice que un sistema de licencias -como el que se utiliza en otros países- podría ser una solución mejor. En lugar de perseguir a las plataformas ilegales, el gobierno podría regular a los operadores internacionales y ofrecer opciones más seguras y legales. Esta solución también aportaría una fuente extra de impuestos al presupuesto, por no mencionar que las empresas de apuestas tienden a patrocinar eventos deportivos y clubes en países donde está legalmente permitido.
Por ahora, sin embargo, parece que las restricciones no hacen más que endurecerse. Queda por ver si esto reduce el mercado o empuja a los jugadores más hacia la zona gris.