Según el informe, 101 ciudadanos fueron repatriados a Portugal en 2019, 47 en 2020, 28 en 2021, 33 en 2022 y 60 en 2023.
Estos servicios son responsables de las operaciones de detención y deportación de extranjeros considerados perjudiciales para la seguridad de las comunidades norteamericanas o que violan las leyes de inmigración.
La cuestión de la repatriación de portugueses se ha planteado después de que el recién investido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su intención de deportar a los inmigrantes ilegales.
El ministro de Asuntos Exteriores, Paulo Ragel, ha asegurado que las posibles deportaciones de ciudadanos portugueses en situación irregular en Estados Unidos no tendrán "un impacto notable" y ha añadido que el Gobierno "está preparado" y trabaja en colaboración con el Gobierno de las Azores.
"No esperamos que tenga un impacto notable, pero aquí estamos, siempre estamos preparados", dijo Paulo Rangel, durante una comparecencia en la comisión parlamentaria de Asuntos Europeos, tras ser preguntado por el PS y el Bloco de Esquerda sobre posibles planes de deportación. , ya anunciados por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El jefe de la diplomacia portuguesa afirmó que el Gobierno tratará la situación "siempre en estrecha coordinación con el Gobierno regional de las Azores", de donde proceden gran parte de los emigrantes portugueses en Estados Unidos.