El accidente se produjo en la tarde del 22 de septiembre de 2014, sobre las 14:00 horas, en un colegio de Póvoa de Lanhoso, cuando, tras un descanso entre clases, la niña de 10 años se dirigía a clase con sus compañeros.
Se indicó que la menor tropezó con una pieza de hierro que estaba anclada al suelo y que servía de apoyo a una de las puertas del patio del colegio, habiendo caído con el pecho sobre una segunda pieza de hierro.
El niño sufrió un traumatismo abdominal con pancreatitis traumática debido a una fractura del páncreas, y posteriormente estuvo hospitalizado durante más de dos meses.
El tribunal concluyó que el Estado "violó los deberes de vigilancia impuestos a la entidad pública", al haber probado que las citadas piezas de hierro constituían un peligro para la seguridad e integridad de los alumnos del colegio donde se produjo el accidente.