Aunque el proceso de extracción será lento al principio, la eventual producción permitirá a los fabricantes obtener este valioso recurso (cuyos precios se han disparado en los últimos años) y sustituir así la dependencia del suministro de China y Rusia .
Para finales del verano de 2023 se prevé el regreso anticipado del sistema global de inclemencias meteorológicas conocido como El Niño. Con él llegarán temperaturas más altas y periodos de sequía más prolongados que los vividos durante 2022. Si esto se confirma, las condiciones de almacenamiento de agua y las limitaciones en su uso se volverán aún más críticas y requerirán una regulación estricta para poder mantener la potabilidad y el riego para la agricultura.
Estos dos factores han dado fuerza a las renovadas voces de los movimientos de protesta ciudadana que planean instalarse en los siete distritos donde las empresas mineras, casi todas de capital extranjero, pretenden cerrar contratos antes de marzo para la explotación de metales como el litio y el cobre. Por ejemplo, la asociación Montalegre Com Vida ha declarado que el Estudio de Impacto Ambiental de la mina de Romano, en su localidad de Morgade, calcula que se necesitarán 10.000 m3 de agua al día si se quiere alcanzar el nivel de producción previsto, y se pregunta de dónde saldrá ese enorme volumen en un momento en que los embalses locales se encuentran en mínimos históricos y los pozos de los acuíferos subterráneos muestran reservas agotadas.
Las presiones sobre el Gobierno -tanto por parte de la UE como de las corporaciones elitistas internacionales que deciden en gran medida el rumbo de la economía mundial- para que venda los recursos estratégicos de Portugal continuarán. Lo mejor que cabe esperar es una reducción negociada de esta explotación al menos a la mitad en los próximos cinco años, con una disposición incondicional de suspensión en caso de que la amenaza de un calamitoso deterioro medioambiental se haga realidad.