Vende conchas en la orilla del mar": ¿recuerda este trabalenguas? Al parecer, se trata de una canción escrita en 1908 e inspirada en la vida de Mary Anning, una cazadora de fósiles victoriana de Lyme Regis, en Dorset (Inglaterra), cuyo padre solía llevarla a ella y a su hermano a cazar fósiles para complementar los ingresos familiares.

¿Qué sabemos de las conchas marinas? ¿Cómo se forman? Las hay redondas, alargadas, lisas y rugosas. Toda esta variedad procede de la misma fuente: unos animalitos llamados moluscos, con un poderoso pie musculoso que les ayuda a desplazarse.


Sin esqueletos en su interior


A diferencia de los humanos y otros animales con columna vertebral, los moluscos no tienen esqueleto y se denominan invertebrados. Muchos se desplazan por la vida sólo con su cuerpo blando, y a algunos les crece la concha para protegerse, como una especie de armadura ambulante. La concha es un revestimiento exterior protector producido por el manto del animal, una capa de tejido que se encuentra entre la concha y el cuerpo.

Hay muchos tipos de moluscos, tanto marinos como terrestres, con concha o sin ella. Los caracoles y las babosas del jardín son versiones terrestres.

Pocos días después de nacer, los moluscos marinos jóvenes empiezan a construir su concha, capa tras capa. Utilizan la sal y los elementos del mar (como el calcio y el carbonato) y las proteínas de su propio cuerpo para ayudarles a construir sus conchas. Los moluscos terrestres obtienen el calcio de su entorno de diversas maneras: comen hojas y madera vivas y en descomposición, hongos y algas de la madera y las rocas, savia, excrementos y cadáveres de animales, gusanos y otros caracoles.

No existe un plazo exacto para la formación de una concha marina, ya que ésta se va reparando y completando a lo largo de la vida de su propietario, a diferencia del cangrejo ermitaño, un crustáceo que se deshace de su concha cuando se le queda pequeña y tiene que ocupar la más grande que ha desechado otro.


Dónde encontrarlos


Las conchas marinas suelen encontrarse en las playas, donde las olas y las mareas depositan restos naturales. Muy a menudo, las conchas llegan a las playas vacías y limpias, pues sus dueños ya han muerto, y a veces se encuentran en lugares inverosímiles: los depósitos de conchas en las cimas de las montañas indican que éstas se formaron por el levantamiento de los fondos marinos, y no son directamente el resultado de -o la prueba de- una inundación global.

Créditos: Unsplash; Autor: @sosacl;

Nuestro mundo sigue siendo un lugar activo, con montañas que son arrojadas por fuerzas geológicas, y luego erosionadas hasta sus raíces, y si la tierra que es arrojada comenzó bajo el mar, entonces se encontrarán conchas marinas en lo alto de las montañas.Incluso en la cima del Everest -llamada por los geólogos "caliza de Qomolangma"-, las rocas de la cima son calizas bien estratificadas que contienen fragmentos de conchas marinas comunes. La cima era en realidad el fondo marino hace unos 470 millones de años, llevado al techo del mundo a través del continuo levantamiento causado por la colisión de las placas tectónicas, la corteza sólida y el manto superior de la Tierra. Estas placas pueden compararse con trozos de un caparazón agrietado que descansan sobre la roca fundida y caliente de la Tierra y encajan perfectamente unas con otras.


Mira pero no cojas


En Portugal hay muchas playas donde se pueden encontrar conchas, y admito que en el pasado he recogido algunas. Pero ahora es ilegal llevárselas a casa: las autoridades están tomando medidas enérgicas, y si un turista es sorprendido con corales o conchas en el equipaje, puede enfrentarse a una multa o incluso a la cárcel en algunos países. Dependiendo del tipo de concha, podrías estar robando un hogar a un animal, o material de construcción, o incluso perturbando todo un ecosistema oceánico, lo que podría tener efectos nefastos para las poblaciones costeras, especialmente en combinación con el calentamiento global y el aumento del nivel del mar.

Dicen que las conchas son como sonrisas del mar, así que sé amable y déjalas en paz.


Author

Marilyn writes regularly for The Portugal News, and has lived in the Algarve for some years. A dog-lover, she has lived in Ireland, UK, Bermuda and the Isle of Man. 

Marilyn Sheridan