La contribución sobre los beneficios extraordinarios de los sectores de la energía y la distribución alimentaria generó unos ingresos de unos cinco millones de euros en 2023, según las estadísticas de ingresos fiscales.
La Contribución Temporal de Solidaridad (CST) sobre los sectores de distribución de energía y alimentación, que se pagó por primera vez en septiembre del año pasado, no está individualizada en las estadísticas de ingresos tributarios y, en su lugar, se incluye en "otros impuestos indirectos", según indica el INE, en respuesta a Lusa.
Según las tablas del INE, la partida de "otros impuestos indirectos" registró 5,05 millones de euros en 2023, mientras que en el año anterior, cuando aún no existía la tasa, no había llegado a los 100 mil euros. Legislada a finales de 2022, la Contribución Temporal de Solidaridad se calcula tras la presentación de la declaración anual del IRC y se diseñó para aplicarse a los beneficios extraordinarios calculados en los periodos impositivos a efectos del IRC que se inicien en los años 2022 y 2023.
A efectos de la aplicación de este tipo (que es del 33%), se considera que los beneficios excedentes constituyen parte de los beneficios imponibles, para cada uno de los periodos impositivos que superen el correspondiente incremento del 20% en relación con los beneficios imponibles medios de los cuatro periodos impositivos que se inician en los años 2018 a 2021.
Jerónimo Martins, como informó Público a principios de marzo, pagó 700.000 euros de beneficios extraordinarios por el ejercicio 2022.