Ordenó que en el aniversario de la Cena del Señor, todos debían recibir el Cuerpo de Cristo, excepto aquellos a los que se les prohibía hacerlo a causa de pecado grave. Fue Papa durante tres años, once meses y veintiocho días. Ordenó en el mes de diciembre dieciocho sacerdotes, nueve diáconos y once obispos para diversos lugares. Fue coronado con el martirio bajo el emperador Marco Aurelio, en el año 177, y fue enterrado a la manera de los que le habían precedido, en el cementerio que después se llamó de San Calixto.
San Cayo era dálmata y pariente del emperador Diocleciano y sucedió al santo Eutiquio en el año 283. San Cayo huyó de las crueldades practicadas por Diocleciano contra los cristianos y permaneció oculto durante un tiempo en una cueva, pero después de ocho años, él y su hermano Gabino ganaron la corona del martirio (el 21 de abril del año 296).
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En aquel momento llevaba más de doce años en la cátedra de Pedro. Fue enterrado en el cementerio de San Calixto el día veintidós de abril. Fue Urbano VIII quien renovó su memoria en la ciudad, reconstruyó su iglesia, que estaba en ruinas, y la distinguió convirtiéndola en una de aquellas de las que los cardenales toman sus títulos, y de las que se llaman "Estaciones", y enriqueciéndola con las reliquias del Santo.