Junto a los restos de animales queridos, había cartas en papiro escritas por centuriones romanos, o comandantes, que detallaban la organización comercial y militar de la provincia.
Los esqueletos de más de 200 gatos, perros, terneros y monos se hallaron en tumbas especialmente preparadas, donde se conservaron con cuidado y esfuerzo.
Al parecer, los romanos que vivían allí eran partidarios de tener como mascotas macacos de dos especies diferentes autóctonas de la India. Esto sólo puede significar que llegaron a través del Océano Índico y el Mar Rojo, y probablemente fueron una importación cara que transmitía estatus y ofrecía compañía.