"En este momento, seguimos teniendo dos áreas que nos preocupan, principalmente en Achada do Teixeira, en Pico Ruivo, en la sierra central de la isla de Madeira. En esta zona, durante la noche tuvimos algunos avances debido al viento, con el fuego habiendo progresado en la vertiente oriental de Pico Ruivo y ahora está descendiendo hacia Fajã da Nogueira, que es una zona de preocupación", dijo el presidente del Servicio Regional de Protección Civil a la agencia de noticias Lusa.
Según António Nunes, las llamas también se están propagando hacia el norte en dirección a Caldeirão do Inferno, también en el municipio de Santana, que también es motivo de preocupación porque se encuentra en el bosque de Laurissilva.
"En la Laurissilva, el fuego se está propagando más lentamente. Alrededor de esas colinas es imposible controlarlo porque no es posible llegar a esos acantilados porque las pendientes son muy pronunciadas", dijo.
En cuanto a Ponta do Sol, según António Nunes, el fuego se ha propagado "al capricho del viento".
"Se está extendiendo lateralmente por el acantilado. Tenemos personal posicionado en lo alto del acantilado y tenemos que esperar a que las llamas lleguen a un lugar donde la pendiente permita el combate directo", dijo.
Según el presidente del Servicio Regional de Protección Civil, el helicóptero se activará en cuanto las condiciones lo permitan.
"Estamos esperando a que lleguen los dos aviones Canadair y el helicóptero despegará en cuanto sea viable. Por ahora, haremos una evaluación y después empezaremos a luchar contra el fuego si es posible, ya que por el momento desconocemos las condiciones del viento en la zona montañosa", dijo.
Según António Nunes, los dos Canadairs deberían llegar por la mañana y, si las condiciones meteorológicas lo permiten, empezarán a luchar por la tarde.
El incendio de la isla de Madeira se declaró el 14 de agosto en las montañas del municipio de Ribeira Brava, extendiéndose gradualmente a los municipios de Câmara de Lobos, Ponta do Sol y, a través de Pico Ruivo, Santana.
Las autoridades aconsejaron a cerca de 200 personas que abandonaran sus casas por precaución y habilitaron refugios públicos, pero muchos residentes ya han regresado, a excepción de los de Fajã das Galinhas, en Câmara de Lobos.
La lucha contra las llamas se ha visto dificultada por el viento y las altas temperaturas, pero no hay noticias de viviendas o infraestructuras esenciales destruidas.
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