El botín, valorado en unos 8 millones de euros, incluía urnas, sarcófagos y objetos de belleza, como espejos de bronce y un frasco de perfume, que ofrecen una visión poco común de la civilización etrusca.
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Los etruscos florecieron en el centro de Italia hace unos 2.500 años, pero fueron asimilados gradualmente por el Imperio Romano. Dejaron tras de sí suntuosas tumbas, cerámicas y estatuas, pero muy pocos documentos escritos y escasas pruebas de su vida cotidiana.