El informe de World Weather Attribution(WWA) y Climate Central concluye que el cambio climático intensificó 26 de los 29 fenómenos meteorológicos extremos objeto del estudio, responsables de la muerte de al menos 3.700 personas y del desplazamiento de millones de ciudadanos.
La WWA está formada por investigadores de diversas instituciones científicas y universitarias y cuenta con protocolos y asociaciones con expertos locales que permiten evaluar rápidamente los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo, utilizando también modelos climáticos y bibliografía especializada.
Las dos organizaciones definieron los días de "calor peligroso" de más de 200 países y territorios analizando las temperaturas medias de estas zonas entre 1991 y 2020 e identificando el percentil del 10% más caluroso, cuyos valores suelen asociarse a mayores riesgos para la salud.
Calculando la media de días más calurosos de lo normal en los distintos territorios, se concluyó que en 2024 habría 41 días más de "calor peligroso" en el mundo que en un escenario sin cambio climático.
"Esto coincide con la tendencia más general de que, a medida que el planeta sigue calentándose, los efectos del cambio climático dominan cada vez más a otros factores naturales que influyen en el clima", advirtieron los científicos.
Los autores del estudio reclaman una transición "mucho más rápida" para abandonar los combustibles fósiles y una mayor preparación de los países ante los fenómenos meteorológicos extremos.
Entre las recomendaciones figuran la notificación en tiempo real de las muertes por calor extremo y el aumento de la financiación internacional para ayudar a los países en desarrollo a ser más resistentes.
La organización no gubernamental Climate Central, con sede en Estados Unidos, estudia el cambio climático y su impacto en la vida de las personas.
Joseph Giguere, investigador asociado de Climate Central, destacó que las temperaturas lo suficientemente altas como para amenazar la salud humana "son cada vez más comunes debido al cambio climático".
"En muchos países, los residentes están expuestos a semanas adicionales de calor, alcanzando umbrales de riesgo que serían prácticamente imposibles sin la influencia del calentamiento global", advirtió.
Friederike Otto, dirigente de la WWA, subrayó que la sociedad dispone de los conocimientos y la tecnología necesarios para abandonar los combustibles fósiles y pasarse a las energías renovables, reducir la demanda y detener la deforestación.
Estas medidas deben aplicarse y no quedar relegadas a un segundo plano por tecnologías como la eliminación del dióxido de carbono, que "no funcionarán si no se hace antes todo lo demás", argumentó la catedrática de Ciencias del Clima del Imperial College de Londres.
"Las soluciones están delante de nosotros desde hace años. Para 2025, todos los países deben intensificar sus esfuerzos para sustituir los combustibles fósiles por energías renovables y prepararse para condiciones meteorológicas extremas", advirtió Otto.