"Que los jóvenes se queden en casa de sus padres es un fenómeno cada vez más frecuente, que refleja las crecientes dificultades de acceso a la vivienda de las nuevas generaciones. "Hacer realidad el deseo de tener una vivienda en propiedad u obtener un alquiler estable se ha convertido en un reto importante, especialmente en países del sur de Europa como Portugal, España, Italia y Grecia, que tienen tasas muy elevadas de jóvenes de entre 18 y 34 años que viven en casa de sus padres", dice el resumen de la coordinación del proyecto.
"No se trata de que estos jóvenes se queden cada vez más en casa de sus padres, como si fuera un problema, una cuestión cultural que se imaginaba hace 20 años, 15 años, 10 años", destaca Romana Xerez, coordinadora del proyecto "Housing4Z: Vivienda, Bienestar y Desigualdades en el Sur de Europa", realizado por el CAPP - Centro de Administración y Políticas Públicas, del ISCSP.
Sin embargo, destaca el investigador, en declaraciones a Lusa, esto no significa que la familia no tenga "un papel muy importante, tradicionalmente, en términos de promoción del acceso a la vivienda" en los países del sur de Europa.
Sin embargo, lo que está ocurriendo es que "los jóvenes de grupos más desfavorecidos e [...] incluso de clase media tienen cada vez menos patrimonio inmobiliario que se transmite entre generaciones".
Sin embargo, no ocurre lo mismo en los países del norte de Europa, donde los jóvenes pueden abandonar antes la casa de sus padres porque "hay medidas para apoyarles" en esta autonomía.
Romana Xerez justifica el enfoque de la investigación en la Generación Z, los jóvenes nacidos entre 1997 y 2012, porque es "una generación que tiene un contexto muy particular, [...] de múltiples crisis, [...] de conflicto en Europa, [...] de cambio climático, de crisis energética".
Estos factores provocaron cambios en la configuración de la economía, del empleo y también de la vivienda, dando lugar a desigualdades intergeneracionales.
Las generaciones más jóvenes -empezando por la Generación del Milenio, que precede a la Generación Z- han empezado a revelar "algunas desventajas" en comparación con las generaciones anteriores, desventajas que "parecen ser cada vez mayores", señala el investigador.
Al mismo tiempo, los países del sur de Europa han experimentado "una profunda transformación en el mercado de la vivienda", señala, destacando, sin embargo, que "el problema del acceso a la vivienda no es sólo un problema de vivienda".
Lo que ocurre es que "la relación ingresos-gastos de vivienda es enorme y ha ido en aumento", por lo que "es un problema más amplio", que implica a la economía y al trabajo.
"Tener una vivienda en propiedad no es sólo tener una vivienda, sino también tener seguridad, un activo financiero extraordinariamente importante en el presente y en el futuro", recuerda.
Para responder a la crisis de la vivienda, los países analizados adoptaron, entre 2018 y 2024, 20 políticas de vivienda para jóvenes, dirigidas al alquiler y a la compra de vivienda propia informa el proyecto, que añade que Portugal fue el único que puso en marcha medidas específicas para el alojamiento de estudiantes.
Romana Xerez destaca la "inmensa dificultad" que tienen los investigadores para comparar las políticas de vivienda para jóvenes, debido a la falta de datos.
Los investigadores de "Housing4Z" -que entrevistaron a jóvenes sobre las limitaciones y oportunidades que encuentran- están preocupados por los cambios en curso.
El proyecto -cuyos resultados finales deberían conocerse en los próximos meses- pretende ofrecer "pruebas científicas" sobre cómo las políticas públicas y privadas pueden mejorar las condiciones de vivienda y promover la justicia social para las generaciones más jóvenes.