Las unidades hospitalarias que volverán a la gestión privada son las de Braga, Loures, Amadora-Sintra, Vila Franca de Xira y Garcia de Orta, que siempre ha estado bajo gestión pública.

Se trata de una "decisión histórica muy importante", afirmó el ministro de la Presidencia, António Leitão Amaro, durante la sesión informativa del Consejo de Ministros.

Leitão Amaro explicó que se pondrán en marcha dos procesos: la creación de un "mecanismo de comparación de precios con el sector público, para garantizar que las PPP se gestionan de forma rentable para los contribuyentes", y que "se prepararán pliegos de condiciones", para poder abrir licitaciones públicas internacionales.

"Las colaboraciones público-privadas (CPP) en sanidad han sido y seguirán siendo ejemplos de hospitales públicos que prestan una mejor asistencia sanitaria a un menor precio para los contribuyentes", afirmó Leitão Amaro.

El ministro de la Presidencia asegura que no sólo con esta medida el Gobierno está "reforzando la capacidad de los hospitales del Estado", y añade que el Ejecutivo aprobó en esta misma reunión dos "inversiones muy importantes en dos hospitales".

Leitão Amaro detalla que el Ejecutivo aprobó 30 millones de euros de inversión en el nuevo hospital de Viseu, en un centro técnico y en un centro de radioterapia. A esta cantidad "se añade un esfuerzo de siete millones para adquirir equipamientos muy importantes para el funcionamiento del hospital y para el interior del país", dice el ministro de la Presidencia.

También se aprobó una inversión adicional de 32 millones de euros para el hospital de Évora. "Es un refuerzo esencial para que esta obra se lleve a cabo y para que esta región tenga asistencia sanitaria en un hospital que el pueblo de Acre merece tener", afirmó Leitão Amaro, que destacó también el refuerzo de la asociación con el Instituto São João de Deus y las Hermanas Hospitalarias, dedicadas a la asistencia en salud mental.

Al tomar esta decisión en plena crisis política, tras anunciar la presentación de una moción de confianza -que, según todos los indicios, será rechazada y provocará la caída del Gobierno el martes-, el Ejecutivo intenta transmitir el mensaje de que mantiene su compromiso de gobernar y que cree que el equipo seguirá en el cargo en un proceso que será largo.