Según el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA), un año hidrológico está comprendido entre el 1 de octubre y el 30 de septiembre del año siguiente y hasta ahora, según los datos del IPMA, el año hidrológico 2021/2022 es el segundo más seco desde 1931 (desde que se iniciaron los registros), sólo superado por el año hidrológico 2004/2005.
Según una fuente oficial del IPMA, hasta ahora este año hidrológico ha tenido 419 milímetros (mm) de lluvia, el 51% de lo que sería un valor normal.
Con todo Portugal continental en sequía, el 55% en clase de sequía severa y el 45% en sequía extrema, el IPMA considera que la sequía "tendría una mejora significativa" si en los próximos dos meses lloviera por encima de la media. Pero añade que esto sólo ocurre en el 20% de los años.
En términos medios, en septiembre en octubre, para que la situación mejore, algo así como 150mm en septiembre y 175mm en octubre.
Aunque en la primavera de este año llovió en algunas regiones por encima de la media en marzo, según los resultados preliminares del informe climático de primavera, las precipitaciones de la estación correspondieron al 80% de lo normal.
Empeoramiento desde el año pasado
La situación de sequía del presente año hidrológico ya venía empeorando desde el otoño del año pasado, cuando la cantidad de precipitaciones en los meses de septiembre a noviembre fue de 172,8 mm, lo que correspondía a cerca del 69% del valor medio. El pasado otoño, según el IPMA, fue el tercero más seco desde 2020. Y el mes de noviembre fue especialmente seco, con 90,5 mm menos de lluvia respecto al valor medio.
Como consecuencia de un otoño con pocas lluvias, la sequía meteorológica se extendió a finales de noviembre a casi todo el territorio y aumentó su intensidad en el sur. Al final del otoño, el 92% de la península estaba en sequía meteorológica, es decir, con falta de lluvia.
En invierno, según los datos del IPMA, la situación no ha mejorado, la temporada fue la quinta más seca desde 1931. Los números muestran que la precipitación total en los meses de diciembre a febrero, 117,6 mm, correspondió sólo al 33% del valor medio.
Enero se clasificó como muy seco y febrero como extremadamente seco.
Sumado a la falta de lluvias y a las altas temperaturas (el cuarto invierno más cálido desde 1931), el pasado invierno se agravó la sequía meteorológica, que se hizo más intensa en todo el continente. Al final del invierno, el 66% del continente se encontraba en las clases de sequía más grave, severa y extrema.
Olas de calor
Además de las altas temperaturas, el país ha registrado ya dos olas de calor este año.
Preguntada por Lusa sobre si esto agravó la situación de sequía, la fuente del IPMA explicó que "la sequía hidrológica que enfrenta el continente está directamente relacionada con el persistente déficit de lluvias registrado y no tanto con la ocurrencia de olas de calor".
"Las olas de calor son fenómenos que, de alguna manera, forman parte de la caracterización climática del territorio continental y repercuten en la evaporación de la cantidad de agua almacenada en embalses, presas y diques", añadieron.