La plataforma local de alojamiento permitía cámaras de vigilancia en zonas comunes, como pasillos o salones, si eran claramente visibles en el anuncio.

Sin embargo, algunos clientes se quejaron en las redes sociales de haber encontrado cámaras de vigilancia ocultas en sus casas y algunas en lugares donde debería respetarse la privacidad.

"Esta actualización forma parte de los esfuerzos de la plataforma por simplificar su política respecto a las cámaras de seguridad y otros dispositivos, y proteger así la privacidad de la comunidad de anfitriones y viajeros", destacó la compañía con sede en San Francisco.

Esta nueva política, así como el refuerzo de las normas sobre cámaras de vigilancia en exteriores, entrará en vigor el 30 de abril, según la compañía.

"Nuestro objetivo con estas nuevas normas es proporcionar a la comunidad una mayor claridad sobre lo que pueden esperar de Airbnb".

Las cámaras de timbre y los dispositivos de medición de decibelios seguirán estando permitidos por Airbnb para proteger los alojamientos, según la empresa.