Además, los ciudadanos del famoso barrio de Gion, donde a menudo se encuentran las geishas y sus suplentes, se han encargado de hacer cumplir incondicionalmente la etiqueta japonesa por su cuenta, como si se tratara de un arresto ciudadano.

Las geishas son sencillamente artistas. Practican actividades tradicionales japonesas como cantar, tocar instrumentos musicales y servir el té a los comensales en los restaurantes. Encajan tan bien en el paisaje de Gion, que los turistas extranjeros llegan a creer que forman parte de él, cuando en realidad suelen estar simplemente de camino al trabajo.