Los cálculos de la consultoraEY tienen en cuenta la subida ordinaria de las pensiones en 2025, a la que se añade 1,25 puntos porcentuales en las pensiones de hasta tres Índices de Apoyo Social (unos 1.567 euros) que el PS incluyó en los Presupuestos Generales del Estado para 2025 (OE2025) y también, por el lado del IRS, el impacto del incremento de la deducción específica y la actualización de los niveles y mínimos de existencia, suponiendo una cuantía de 250 euros en gastos generales de la familia.

Partiendo de estos supuestos, una pensión de 870 euros brutos en 2024 pasa a 903 euros, lo que se traducirá en un incremento de los ingresos brutos de 468,9 euros, para un total de 12.648,93 para el conjunto del año 2025.

En términos netos, los ingresos netos anuales de este pensionista pasarán de 11.785,75 euros en 2024 a 12.429,47 euros en 2025, lo que refleja un incremento de 643,72 euros.

Este valor neto supera en unos euros el incremento de ingresos que tendrá un jubilado que perciba una pensión de 1.500 euros, según las mismas simulaciones.

En este caso, el jubilado tendrá un aumento de ingresos netos de 620,43 euros durante todo el año 2025 en relación con la cantidad que percibirá en 2024. A este aumento contribuyen los 735 euros brutos que le aportará la actualización de las pensiones (ordinarias y complementarias) y el impacto de las distintas medidas a nivel del IRS.

En el caso de pensiones de 2.500 y 3.500 euros brutos en 2024, el aumento de los ingresos netos será, respectivamente, de 691,47 y 903,44 euros en 2025.

El alcance total de estos impactos sólo deberá percibirse tras la presentación de la declaración anual del IRPF, ya que, por regla general, la retención del IR no puede anticipar completamente el efecto de todos los cambios fiscales y deducciones presentados por los contribuyentes.