Portugal sigue siendo un destino atractivo para la inversión, pero también un fuerte inversor en el extranjero. Los datos del Banco de Portugal confirman una aceleración significativa del flujo de capitales entre Portugal y el resto del mundo en 2024.

Mientras que la inversión extranjera directa en Portugal (IED) se aceleró un 15,4% el año pasado, hasta los 12.200 millones de euros, la inversión directa portuguesa (IPE) en el extranjero creció un 19%, hasta los 6.200 millones de euros, el mayor volumen desde 2021. Esta dinámica refleja no solo el continuo atractivo de la economía nacional para los inversores internacionales, sino también la ambición de las empresas portuguesas de ampliar su influencia más allá de las fronteras.

Las cifras del Banco de Portugal muestran que el año 2024 consolidó la tendencia de recuperación de la IED en Portugal, con un aumento de 1.600 millones de euros en comparación con 2023. Este salto se produjo en un contexto en el que el stock de IED alcanzó el 58,5% del PIB, acercándose progresivamente a los niveles previos a la crisis financiera.

Uno de los motores de este crecimiento sigue siendo el sector inmobiliario, que captó más de 1.000 millones de euros sólo en el tercer trimestre de 2024. A pesar del fin de los visados de oro, la demanda de propiedades de alto valor por parte de inversores europeos y norteamericanos se mantuvo firme, destacando las operaciones en Lisboa y el Algarve.

Al mismo tiempo, sectores como las energías renovables y la tecnología han atraído inversiones estratégicas, como proyectos de hidrógeno verde y centros de datos. Mientras que en términos de composición geográfica de la IED, la Eurozona siguió siendo el principal origen (73%) en 2024, con Alemania y los Países Bajos a la cabeza de las transacciones.

Europa siguió siendo el principal destino (82% del total), con España, Francia y Polonia absorbiendo la mayoría de las inversiones. Destacaron sectores como la distribución alimentaria, la construcción civil y los servicios financieros. Fuera de la Unión Europea, los Países Africanos de Lengua Portuguesa (PALOP) atrajeron el 12% de las inversiones portuguesas en el extranjero, destacando los proyectos relacionados con la energía solar y la agricultura intensiva.