Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y el
barómetro de la calidad del aire en las ciudades europeas, que incluye más de 340 ciudades,
Umeå es la ciudad más limpia de Europa en cuanto a calidad del aire, seguida de Faro
y luego Funchal.
Entre las ciudades con aire considerado bueno figuran otras ocho
ciudades europeas, seguidas de otra ciudad portuguesa, Lisboa, en el puesto 82,
con una calidad del aire considerada razonable.
En las tres últimas posiciones, como las más contaminadas, están
Padua y Cremona, en Italia, y Nowy Sacz, en Polonia.
Según la AEMA, las clasificaciones se han obtenido
en función de los niveles medios de partículas finas (PM2,5) obtenidos en más de 400
estaciones de control en los dos últimos años. El barómetro se centra en las PM2,5 ya que
la exposición a esta contaminación atmosférica provoca los efectos más graves para la salud y tiene
el mayor impacto en términos de muerte prematura y enfermedad.
Del análisis de los datos, la AEA concluye que la calidad del aire
se consideraba buena en sólo 11 ciudades, con niveles de PM2,5 por debajo de los valores
establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la exposición a largo plazo a
partículas finas: cinco microgramos por metro cúbico de aire. Estos valores se
superados en el 97% de las 343 ciudades europeas incluidas en el barómetro.
Teniendo en cuenta el valor límite anual de la Unión Europea
de partículas finas de la Unión Europea de 25 microgramos por metro cúbico de aire, el valor límite
sólo se superó en las tres ciudades más contaminadas, lo que demuestra la gran
diferencia entre la directriz de la OMS y la norma de la Unión Europea.