"Dependerá mucho de la variación de los precios de las materias primas y de la energía, pero es muy probable que aumente, incluso por el impacto del aumento del salario mínimo", afirmó la dirección de la Asociación de Comercio e Industria Panadera (ACIP).
Según la asociación, sólo una parte de las subidas se ha reflejado en el precio pagado por el consumidor, el resto ha sido soportado por los productores que, a su vez, han visto disminuir sus márgenes de beneficio.
Entre enero y octubre se produjo un aumento del consumo de pan y bollería en Portugal, impulsado por el turismo.
Sin embargo, sobre todo en el último trimestre del año, la inflación penalizó esta evolución positiva.
Así, los consumidores empezaron a elegir productos más baratos, más pequeños y también en menor cantidad.
"Los clientes buscan pan más barato. No van a dejar de comprar productos de pastelería, pero hay una reducción del consumo de este tipo de productos", subrayó la ACIP.