Nélida Alves y Sidney Pereira, de 42 y 44 años, están acusados de cometer cuatro delitos de robo agravado, tres delitos de secuestro, un delito de coacción agravada, un delito de daños simples y dos delitos de falsificación de documentos.
Los sospechosos, apodados por la prensa portuguesa como "Bonnie y Clyde", son sospechosos de una oleada de robos en varias estaciones de servicio del Algarve, habiendo amenazado a empleados y secuestrado a otros.
Robos
El primer caso tuvo lugar en la noche del 25 de julio de 2022, en una gasolinera de Estoi, en Faro, y el segundo dos días después, también de noche, en Lagos, un asalto en el que la pareja obligó al empleado de la gasolinera a seguirles en su propio vehículo tras completar el robo.
La noche del 27 de julio, la GNR y la PJ intentaron rodear a los sospechosos en una carretera cerca de Bensafrim, en Lagos, para detenerlos, pero la pareja consiguió escapar.
Según la acusación, al enfrentarse a la barrera policial, Sidney no obedeció las órdenes de las autoridades de detenerse, dio marcha atrás para ganar espacio y estuvo a punto de atropellar a los agentes, que dieron un volantazo y siguieron adelante, golpeando la parte trasera de un coche de policía.
Tras este intento de detención, la pareja se dirigió a una gasolinera de Lagos, donde llevaron a cabo otro robo, esta vez secuestrando al empleado y llevándoselo en su propio coche, conducido por Sidney y con Nélida y la víctima en el asiento trasero.
A continuación, Sidney condujo el coche de la víctima por la Estrada Nacional (EN) 125, en dirección a Lagoa, en un trayecto de 40 minutos, durante el cual Nélida llevaba la pistola en la mano y tenía un cuchillo a los pies, según declaró ante el tribunal.
A continuación, dejaron al hombre a la entrada de la ciudad de Silves, y los acusados, según dijeron, le dieron unos 20 euros para que pudiera coger un taxi, y después huyeron en el vehículo de la víctima para poder pasar desapercibidos ante las autoridades.
La noche del 1 de agosto, la pareja llevó a cabo un nuevo robo en una gasolinera de Almancil, en Loulé, viajando en un coche con matrícula española.
Nélida y Sidney llenaron el depósito del vehículo, esperaron a que se marcharan los clientes y entraron en el establecimiento. Sidney amenazó a los dos empleados con una pistola y les habló en español, mientras Nélida empuñaba un cuchillo.
A continuación, la pareja ordenó al personal que se encerrara en el baño durante quince minutos y huyó.
Consumo de drogas
Nélida, que reconoció ante el tribunal haber sido toxicómana durante 23 años, intentó justificar los crímenes con el estado psicológico en el que se encontraba debido al consumo de drogas y también porque poco antes les habían quitado a ambos a su hijo, de nueve meses.
Sidney aseguró que durante esos días la pareja estaba fuera de sí debido al consumo de drogas, admitiendo que en esa época la pareja consumía cinco gramos de heroína y cinco gramos de cocaína al día, además de tomar medicamentos utilizados para los trastornos de ansiedad (benzodiacepinas).
Tras los robos en el Algarve, la pareja cruzó la frontera con España en Ayamonte, donde continuaron robando con violencia en estaciones de servicio de Sevilla, Badajoz y Toledo, utilizando siempre el mismo "modus operandi" de intimidar a los empleados con una pistola y un cuchillo.
Sidney y Nélida fueron detenidos en Zamora, el 13 de agosto de 2022, tras la denuncia de un ciudadano, que reconoció a los sospechosos en un centro comercial y alertó a la Guardia Civil.
En ese momento, los sospechosos viajaban en un coche que habían robado en Madrid y fueron detenidos mientras cenaban en el interior del vehículo, tras ser rodeados por agentes de la Policía Nacional, que los detuvieron sin que ofrecieran resistencia.
En la prensa, los acusados fueron señalados como posibles autores de un triple homicidio en Braganza, aunque no existe confirmación oficial de las autoridades portuguesas sobre los delitos que se les atribuyen.
El juicio continúa durante la tarde en el Tribunal de Faro con la audiencia de los testigos.