La tasa turística, que supuso casi medio millón de euros en 2023 para el municipio, se aplicará durante todo el año y no solo en temporada alta. La tasa, que costaba 1,5 € por noche, empezó a cobrarse en marzo de 2020, y desde entonces solo se ha aplicado entre marzo y octubre.
El pago de la tasa sólo es necesario durante las cuatro primeras noches; después, no hay que seguir haciéndolo. La tasa, que se paga por persona y noche, sólo se aplica a los huéspedes mayores de 16 años. A diferencia de lo que ya ocurre en otros municipios, el presidente de la Cámara, Ricardo Río, afirmó que la normativa actual permite "exenciones muy amplias", y añadió que "se ha diluido la lógica de la temporada alta". Los fondos obtenidos se destinarán a financiar actividades para turistas, limpieza y conservación de espacios públicos y promoción turística.
Si el tratamiento médico es el motivo de la estancia del huésped, éste no tendrá que pagar siempre que presente documentación que acredite su cita o la prestación de servicios médicos. Esta exención también se aplica a los acompañantes. Además, los visitantes alojados a causa de una emergencia social o una declaración de protección civil, así como las personas con una discapacidad igual o superior al 60%, están exentos del pago de la tasa si pueden presentar documentos que acrediten su situación.