Se ha instado a Rachel Reeves a imponer un "impuesto de salida" a los inversores ricos que trasladen su dinero fuera del país.
Según la normativa actual, los inversores no pagan impuestos sobre las plusvalías de las acciones británicas si abandonan el país durante más de cinco años.
Países como Australia, Canadá y Estados Unidos ya cobran un impuesto de salida cuando los inversores establecen su residencia fiscal en otro lugar.