Cada vez hay más jóvenes con estudios superiores en Portugal y "cuanto mayor es la cualificación, mayor es la perspectiva de una vida mejor", destaca el informe Estado de la Educación 2023, divulgado por la CNE.
En 2023, la tasa de empleo de los adultos jóvenes (entre 25 y 34 años) con educación secundaria o postsecundaria es del 84,9%, cifra que aumenta al 88,3% entre los jóvenes con educación superior.
Además de tener más facilidad para conseguir un empleo, quienes tienen estudios superiores perciben "unos ingresos mensuales correspondientes, de media, al 173% del salario medio de los trabajadores que terminan la enseñanza secundaria", señala el informe anual.
Los investigadores concluyen que "estudiar merece la pena", pero advierten de las "notables diferencias" entre los salarios pagados en Portugal y en otros países europeos.
En comparación con los españoles, los trabajadores portugueses ganaban 800 euros menos, según una aproximación de los ingresos medios mensuales en 2022.
En comparación con Estonia, los portugueses recibieron una media de mil euros menos, una diferencia que aumenta aún más si se compara con los salarios pagados en Italia (dos mil euros más) o en Irlanda y Alemania, que superan los cuatro mil euros cada mes.
"Los bajos valores de la remuneración laboral en Portugal pueden constituir un desincentivo a la cualificación de los más jóvenes y a la recualificación de los mayores y, de esta forma, comprometer el esfuerzo de aumento de la cualificación de los portugueses", advierte el estudio, que recomienda un refuerzo de las políticas que promuevan la formación de jóvenes y adultos.
"Nótese que, a pesar de los reconocidos progresos alcanzados en las últimas décadas, en 2023, el 40,6% de los portugueses tenía, como máximo, un diploma de educación básica, el mayor porcentaje de baja cualificación de los 27 países de la Unión Europea", destaca el presidente de la CNE, Domingos Fernandes.
Diferencias regionales
A pesar del aumento general de la cualificación de la población, siguen existiendo grandes asimetrías regionales, como es el caso del Algarve, las Azores y Madeira, donde el nivel de formación de la población es muy inferior al registrado, por ejemplo, en el norte o el centro del país.
Recordando estudios que señalan el fuerte impacto de la formación de los padres en el éxito académico de sus hijos -la mitad de los jóvenes "reproducen las bajas cualificaciones de sus padres"-, los investigadores reclaman medidas para garantizar la implicación de los adultos en las actividades de educación y formación.
"La mejora consistente de las tasas reales de matriculación y finalización de la enseñanza secundaria en las últimas tres décadas ha sido relevante para aumentar las cualificaciones de los jóvenes adultos", destaca el presidente de la CNE, Domingos Fernandes, en el texto introductorio del informe.
El estudio muestra que también es necesario prestar atención a los jóvenes adultos de sexo masculino, ya que ahora son ellos los que abandonan la escuela más temprano, mientras que hace unas décadas era una práctica más común entre las chicas.
"Por tanto, quedan dos retos: animar a los chicos a obtener títulos de estudios más avanzados y desarrollar estrategias que permitan comprender y resolver las asimetrías regionales", concluyen los investigadores.
También ha disminuido el número de jóvenes que no estudian ni trabajan: La proporción de jóvenes entre 18 y 24 años en esta situación pasó del 18,3% en 2016 al 13,2% en 2023, año en el que más de la mitad (55,3% ) seguía estudiando y el 31,6% trabajaba.
En educación superior, la CNE aboga por reforzar las políticas de concesión de becas a los más necesitados y ampliar la oferta de vivienda para estudiantes a costes asequibles.