La mujer, también decidida por un colectivo de jueces del tribunal de São João Novo, tendrá que entregar pagos mensuales de hasta 11.600 euros a la Provincia Portuguesa de los Misioneros Franciscanos de Nuestra Señora, institución que gestiona el Centro Infantil.
También tendrá que pedir disculpas a la parte perjudicada.
El delito por el que fue condenada, el de estafa cualificada, fue cometido entre 2002 y 2004, siendo descubierto sólo en 2007, momento en el que la acusada ya había huido al extranjero, compareciendo ante el tribunal sólo en 2021.
La acusada, que actualmente vive en Luxemburgo, donde trabaja en una oficina, fue eximida de asistir a la mayoría de las sesiones, incluida ésta para leer la sentencia.
Un cómplice del desfalco, al que la monja entregó el dinero, ya había sido juzgado en 2014, y entonces fue condenado a cuatro años y medio de prisión, suspendidos por un periodo igual.
En el juicio, la monja afirmó haber sido seducida por el beneficiario del desfalco y dijo, en la vista del juicio celebrada el 10 de noviembre, que sólo cogió cheques por un total de 48.000 euros.
Los delitos fueron posibles porque la acusada, siendo responsable de la secretaría del Centro Asistencial, estaba en posesión de cheques en blanco, falsificando la firma de la madre superiora, que era la responsable legal de la cuenta.