El operador de telecomunicaciones dirigido por Mário Vaz recuerda que el 7 de febrero hubo un "apagón". "Apagaron escuelas, hospitales y bomberos, empresas, familias, personas, apagaron la vida de millones de portugueses", señala Vodafone.
"No sabemos, y quizás nunca lo sabremos, por qué. Tal vez la idea de que podrían destruir lo que somos, lo que trabajamos y construimos todos los días, con los empleados, los clientes, los socios, el Estado y la sociedad civil", continúa.
"Sabemos que la tecnología tiene un poder astronómico, pero lo que nos diferencia es lo que hacemos con ella", subraya, asegurando que, por parte de la operadora, "siempre estará al servicio del bien".
Vodafone Portugal fue objeto de un ciberataque que afectó a su red y a sus cuatro millones de clientes: "Siempre estaremos al servicio del bien, esa es la fuerza que nunca podrán borrar", concluye la operadora en la carta abierta.
En este ataque sin precedentes, Vodafone se encontró, en torno a las 21:00 horas del 7 de febrero, "con una interrupción brusca de casi todos" sus servicios de comunicaciones, a excepción del servicio de Internet fijo y de una "parte expresiva de los clientes de televisión", dijo el presidente ejecutivo de la operadora, Mário Vaz, en una rueda de prensa al día siguiente.
"Para tener una idea de la escala y el propósito de este ataque era claramente hacer que nuestra red no estuviera disponible y con un nivel de gravedad para dificultar al máximo la recuperación de los servicios", subrayó el directivo, en ese momento.
El operador ha dicho que no hay indicios de que se haya accedido a los datos de los clientes y/o se hayan visto comprometidos.