Un año después de que la primera sustancia basada en la planta de cannabis comenzara a comercializarse en las farmacias, la Autoridad Nacional de Medicamentos y Productos Sanitarios (Infarmed) está analizando dos solicitudes de autorización de comercialización (ACM).
"En la actualidad, existe un preparado a base de planta de cannabis autorizado y están en curso dos solicitudes de autorización de comercialización (ACM) de preparados y sustancias a base de planta de cannabis, una relativa a la flor seca para inhalación por vaporización y otra relacionada con una solución oral", señala Infarmed en una respuesta escrita a la agencia Lusa.
Según la autoridad del medicamento, "ambas solicitudes están pendientes de respuesta por parte de las entidades solicitantes".
En cuanto a las solicitudes de licencia para las actividades de cultivo, fabricación, importación y exportación de la planta de cannabis, Infarmed dijo que recibió 99 solicitudes "para el territorio", de las cuales nueve están en análisis.
Infarmed está a la espera de la solicitud de inspección de las instalaciones de 80 empresas por parte de las entidades solicitantes.
Hay 10 solicitudes en las que Infarmed está a la espera de una respuesta a las peticiones de elementos por parte de las entidades solicitantes.
El Parlamento aprobó en julio de 2018 la ley que establece el marco legal para el uso de medicamentos, preparados y sustancias a base de la planta de cannabis con fines medicinales, es decir, su prescripción y dispensación en farmacia.
Uso accesible
Este marco legal, regulado por decreto ley el 15 de enero de 2019, tenía como objetivo "hacer accesible el tratamiento con medicamentos, preparados y sustancias a base de la planta de cannabis", garantizando que los preparados puestos a disposición cumplan con todos los requisitos necesarios en términos de calidad y seguridad, "contribuyendo así a la salvaguarda y protección de la salud pública y a la prevención del mal uso" de estos productos.
Toda la cadena de producción, desde el cultivo de la planta hasta su preparación y distribución, es conocida y controlada, lo que permite garantizar que los productos se producen de acuerdo con las buenas prácticas.
El uso de estos productos depende de la evaluación médica y su dispensación sólo puede realizarse en la farmacia con receta médica.
Entre las indicaciones para el uso de estos productos se encuentran el dolor crónico asociado a enfermedades oncológicas, la epilepsia y el tratamiento de trastornos convulsivos graves en la infancia, la esclerosis múltiple, las náuseas y los vómitos causados por la quimioterapia, la estimulación del apetito en los cuidados paliativos de pacientes sometidos a tratamiento contra el cáncer o con SIDA.