Según un comunicado, la nueva agencia desempeñará un papel clave en la respuesta de la UE a los nuevos retos sanitarios y de seguridad que plantean las drogas ilícitas.

Las principales tareas de la nueva agencia serán "la recogida, el seguimiento, el análisis y la difusión de datos, la mejora de la preparación mediante la alerta temprana y la evaluación de riesgos y recomendaciones de actuación basadas en pruebas, así como el desarrollo de capacidades para anticipar y combatir los retos relacionados con las drogas".

La nueva estructura también tendrá un papel reforzado, en comparación con el del observatorio, en la cooperación internacional, tanto con organizaciones como con terceros países.

El observatorio, creado en 1993 y con sede en Lisboa, tiene como objetivo proporcionar a la UE y a sus Estados miembros información objetiva y comparable sobre las drogas, la drogadicción y sus consecuencias, con el fin de fundamentar su elaboración de políticas y orientar las iniciativas de lucha contra la droga, competencias que ahora se transfieren a la agencia.