"La investigación está en curso y no hay imputados", dijo a Lusa una fuente oficial de la PGR.
Según la PGR, esta investigación "indaga hechos que pueden ser parte del delito de robo calificado".
A principios de octubre, la Cámara de Lousã presentó una denuncia penal ante la Fiscalía contra una empresa maderera por presunta tala ilegal de árboles municipales en la aldea de Silveira, en la Serra da Lousã, en una zona de la Red Natura 2000.
También en octubre, siete asociaciones ecologistas criticaron, en un comunicado conjunto, las talas de árboles realizadas, que "revelan problemas crónicos de conservación de la naturaleza" en el país.
Las siete asociaciones, en un comunicado enviado a la agencia Lusa, advirtieron "de las consecuencias de las débiles políticas de conservación de la naturaleza en Portugal, evidentes esta vez en el caso de las talas de árboles en la sierra de Lousã, en plena Reserva Ecológica Nacional y Red Natura 2000. ".
La empresa responsable de las talas declaró que todo el procedimiento era legal y negó que se hubiera infringido ninguna norma.
Interrogado por la agencia Lusa, uno de los socios gestores de la empresa, António Bandeira, explicó que la empresa no cometió ninguna ilegalidad durante la operación.
La tala comenzó a principios de octubre y la empresa tenía previsto cortar "entre 24 y 25 hectáreas" de terreno con eucaliptos, pinos y mimosas, explicó, habiendo optado por suspender la operación "hace casi dos semanas", por iniciativa de la empresa.
Según António Bandeira, la madera cortada "fue adquirida a otra empresa, que, a su vez, la compró a particulares, propietarios del terreno", señalando que tiene en su poder el contrato y la factura de dichas transacciones.
En cuanto a los terrenos municipales, el socio gerente de la empresa explicó que no se taló ningún árbol por parte del ayuntamiento, destacando que, al solaparse la zona cortada con la que el ayuntamiento reclamaba como propia, se comprobó que la empresa no había cortado "ni un solo árbol en el terreno" de la Cámara.
En cuanto a la tala en terrenos de otro propietario, António Bandeira explicó que el derecho a cortar madera se vendió, antes de que la propiedad cambiara de manos.