Según el trabajo, publicado en la revista académica Human Rights Quarterly, los cinco países con mejor puntuación en la protección de los derechos de los trabajadores son Canadá, Suecia, Nueva Zelanda, Noruega y Portugal. Los cinco peores son Irán, Siria, Corea del Norte, China e Irak.

En un comunicado, la universidad señaló que los datos forman parte del informe anual 2023 del Proyecto de Datos CIRIGHTS, "el mayor conjunto de datos sobre derechos humanos del mundo".

"El proyecto clasifica a los países de todo el mundo [195] en términos de respeto a los derechos humanos", basándose en "25 derechos humanos reconocidos internacionalmente", y está codirigido por David Cingranelli, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Binghamton, en el estado de Nueva York.

A la hora de evaluar los derechos de los trabajadores, se tienen en cuenta datos sobre sindicación, negociación colectiva, existencia de horas de trabajo, trabajo forzado, trabajo infantil, salario mínimo, condiciones de trabajo seguras y trata de seres humanos.

El derecho a formar un sindicato y el derecho a la negociación colectiva "figuran entre los derechos humanos menos protegidos" y "siempre se violan en alguna medida", escribieron los investigadores.

Por ejemplo, en relación con el respeto a la negociación colectiva, el 51% de los países recibió una puntuación de cero, lo que significa violaciones generalizadas de este derecho, y sólo 16 "obtuvieron una puntuación de dos", lo que significa que los investigadores no encontraron indicios de violación. En el caso del trabajo infantil, el informe indica que "alrededor del 87% de los países" de todo el mundo registraron casos de empleo de niños y adolescentes y que "en un tercio de los países las violaciones eran generalizadas".

"Investigaciones anteriores demuestran que es improbable que los gobiernos protejan los derechos a un salario mínimo adecuado, a la salud y la seguridad en el trabajo, o a límites razonables de las horas de trabajo (incluidas las horas extraordinarias voluntarias) a menos que se permita a los trabajadores formar sindicatos independientes y negociar colectivamente", afirmó Cingranelli, citado en el comunicado.

"El derecho de sindicación, negociación y huelga son derechos de acceso. Si se protegen, es probable que también se protejan todos los demás derechos laborales. Pero los derechos de acceso están en declive en todo el mundo", añadió.

Cignarelli señaló que, aunque los países ricos y democráticos protegen los derechos laborales más que otros, la desigualdad económica ha aumentado en casi todas partes.

"La globalización económica ha aumentado la competencia entre naciones, lo que ha llevado a los gobiernos a favorecer a las empresas en detrimento de los trabajadores en los conflictos entre ambas", explicó el profesor.

Según Cignarelli, en los países menos desarrollados económicamente, las grandes empresas agrícolas, mineras y de extracción de petróleo hacen lo que quieren en relación con los trabajadores.

También dijo que es "importante recordar que las empresas y los trabajadores suelen adoptar posturas opuestas sobre la atención que los dirigentes empresariales deben prestar a lo que los trabajadores desean en cuanto a las condiciones de su trabajo", y añadió que las primeras "suelen preferir distribuir la mayor parte de los beneficios (...) entre los accionistas y no entre los trabajadores".

La existencia de una legislación laboral exigente en un país puede llevar a las empresas a deslocalizarse, pero Cignarelli señaló que el gobierno tiene la función de garantizar que los trabajadores tengan una oportunidad justa de hacer oír sus preocupaciones.

"Sin políticas gubernamentales que protejan a los trabajadores, las empresas pueden hacer lo que quieran para mantener a raya a los sindicatos", declaró el investigador.