En los últimos años, la IED ha contribuido a la creación de empleo, a la innovación y a una mayor integración global. Portugal ha reducido las barreras de entrada al mercado y ha alineado sus políticas con las normas internacionales, facilitando el establecimiento de las empresas. Aun así, muchos inversores se enfrentan a retos que frenan la inversión y reducen los beneficios económicos a largo plazo.

Uno de los mayores obstáculos es el complejo sistema de licencias y permisos de Portugal. Las ineficiencias administrativas causan retrasos innecesarios, lo que dificulta que las empresas naveguen por el proceso sin problemas. Además, los retrasos judiciales y burocráticos crean incertidumbre, sobre todo en los procedimientos legales relacionados con las empresas. El sistema fiscal, aunque ofrece incentivos, sigue siendo complicado, con frecuentes cambios normativos que dificultan su cumplimiento. Algunos sectores, como el transporte y los servicios profesionales, también se enfrentan a normativas más estrictas que en otros países, lo que limita las oportunidades de los inversores extranjeros. Además, las barreras a la contratación de talento internacional impiden a las empresas traer profesionales cualificados, lo que frena aún más el crecimiento empresarial.

La eliminación de estas barreras podría impulsar significativamente la IED. Los estudios sugieren que la reducción de las restricciones reglamentarias podría dar lugar a un notable aumento de las fusiones y adquisiciones transfronterizas, así como de las inversiones en nuevas instalaciones. Aunque Portugal se ha adaptado con éxito a la normativa de la UE, una mayor liberalización -especialmente en las industrias de servicios y el comercio digital- podría liberar un potencial de inversión de miles de millones.

Para convertir a Portugal en un destino verdaderamente favorable a los inversores, las reformas deben centrarse en agilizar la concesión de licencias y permisos empresariales, mejorar la eficiencia judicial, simplificar la fiscalidad y liberalizar sectores clave. Además, la mejora de los procesos de concesión de visados y permisos de trabajo permitiría a las empresas atraer a los mejores talentos mundiales, aumentando la competitividad económica de Portugal.

Portugal ha hecho grandes progresos en la atracción de IED, pero para mantener y acelerar este crecimiento es necesario seguir mejorando la normativa. Abordar estos retos aumentará la confianza de los inversores y posicionará a Portugal como líder mundial en expansión empresarial, lo que en última instancia generará más puestos de trabajo, avances tecnológicos y prosperidad económica a largo plazo.


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Paulo Lopes is a multi-talent Portuguese citizen who made his Master of Economics in Switzerland and studied law at Lusófona in Lisbon - CEO of Casaiberia in Lisbon and Algarve.

Paulo Lopes