Según Vítor Proença, las medidas incluyen la reducción de las pérdidas de agua en las redes de distribución y la exploración de la desalinización del agua de mar. Abarcando cinco municipios, el plan, activo hasta 2035, pretende hacer frente a los retos medioambientales y garantizar una gestión sostenible de los recursos, según la Comunidad Intermunicipal del Alentejo Litoral(CIMAL).
El plan también subraya la necesidad de una mayor resiliencia frente a los riesgos climáticos, con acciones para "reducir la exposición a los peligros climáticos" y mejorar la capacidad de adaptación de la región.
El documento subraya la urgencia de salvaguardar el litoral alentejano debido a la subida del nivel del mar, en particular a lo largo del arco Tróia-Sines. Vítor Proença destacó que la economía de la región, impulsada por la agricultura, la industria y el turismo, depende en gran medida del agua, por lo que su conservación es crucial.
Como explica el Presidente, "el Alentejo Litoral tiene importantes reservas de agua subterránea, pero no son ilimitadas", advirtiendo del impacto de las sequías prolongadas y la reducción de las precipitaciones. "Será necesario aumentar el ahorro de agua y explorar alternativas, como la desalinización", añadió.
El plan incluye 41 acciones específicas que se ejecutarán a lo largo de 10 años, con especial atención al control de la intrusión de agua salada en los estuarios fluviales y a la protección de actividades agrícolas vitales como la producción de arroz. También se abordará la prevención de incendios y la resistencia general de la región a los fenómenos meteorológicos extremos.