La propuesta, liderada por Portugal, abarcará zonas de las aguas atlánticas adyacentes a Portugal, España, Francia, Reino Unido, Irlanda, Islas Feroe, Islandia y Dinamarca. Su objetivo es proteger regiones en las que viven actualmente unos 193 millones de personas, así como 148 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, entre ellos 17 hábitats cruciales para animales marinos como delfines y ballenas.

Las zonas de control de emisiones son instrumentos clave para atajar la contaminación atmosférica procedente de los buques, ya que obligan a utilizar combustibles con menor contenido de azufre y a adoptar tecnologías más limpias. Así, los buques que naveguen por la zona deberán utilizar combustibles con un máximo del 0,1% de azufre, inferior al límite actual del 0,5%, lo que reducirá sus emisiones en aproximadamente un 64%.

La asociación afirma que la creación de esta zona de emisiones controladas contribuirá también a reducir el riesgo de vertidos de fuelóleo pesado, increíblemente nocivo para los ecosistemas marinos.

La propuesta, liderada por Portugal, entrará en vigor en marzo de 2027.