A principios de julio, el Tribunal Administrativo y Fiscal de Loulé dio la razón a la Asociación de Defensa de la Costa Vicentina (Arriba), que había presentado una denuncia, ordenando la paralización de la aplicación del herbicida en las obras del arroyo Aljezur.
"La seguridad del glifosato, cuando se utiliza según las indicaciones de uso que aparecen en las etiquetas de los productos, está validada por numerosas autoridades reguladoras de todo el mundo, incluso en la Unión Europea", sostuvo el director ejecutivo de Anipla, João Cardoso, en un comunicado enviado a la agencia Lusa.
João Cardoso insistió en que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) había analizado el caso y coincidía con las conclusiones de otras agencias responsables de la seguridad química, como Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Alemania o Japón, que concluyeron que el herbicida "no tiene riesgo de cáncer".
Según este funcionario, se adoptó una posición idéntica tras una reunión conjunta entre la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los residuos de plaguicidas.
Disparidad de opiniones
Aunque el Tribunal Administrativo y Fiscal de Loulé no consideró la existencia de un vínculo entre ese plaguicida y el riesgo de cáncer en su decisión del 5 de julio, cita una "información" del Instituto para la Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF) que subraya la disparidad de opiniones al respecto.
Según esta información, "a pesar de su uso generalizado, la utilización del glifosato está envuelta en una polémica a nivel nacional, europeo e internacional, con opiniones muy diferentes, tanto en contra como a favor, sin que haya pruebas irrefutables que aconsejen o desaconsejen su uso y estando prohibido su uso en espacios públicos en Portugal".
El ICNF añade que "en la Unión Europea, su uso ha sido autorizado por la Comisión Europea hasta una nueva reevaluación, que se realizará en 2022, y el Parlamento Europeo defiende la prohibición del uso del glifosato a partir de diciembre de 2022".
Según Anipla, hasta el momento, sólo una agencia no reguladora -la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC)- ha señalado que el glifosato puede ser "probablemente cancerígeno para los seres humanos", pero João Cardoso insiste en que "ninguna autoridad de evaluación de fitofármacos llegó a una conclusión similar tras realizar análisis exhaustivos".
"Sobre la base de las mejores pruebas científicas disponibles, no hay evidencia de que el glifosato sea tóxico para los seres humanos y los animales cuando se utiliza de acuerdo con las instrucciones de las etiquetas legalmente autorizadas", concluye el director ejecutivo de Anipla.