Según el análisis realizado por los investigadores Eduardo Costa y Pedro Pita Barros, en el ámbito del Observatorio del Gasto en Salud, los pagos directos de las familias portuguesas por productos y servicios sanitarios disponibles en farmacias (que representan alrededor del 25% de los pagos directos de las familias en salud) pasaron de 903 millones de euros en 2000 a 1.419 millones de euros en 2020.
Los investigadores señalan que este gasto acompañó al aumento de la parte proporcionada por el SNS, que pasó de 1.068 millones de euros (en 2000) a 1.543 millones (en 2020).
"Si a principios de siglo los gastos sanitarios en farmacia eran cubiertos en un 46% por el SNS y en un 39% por las familias portuguesas, veinte años después, el peso de ambos enfoques y el crecimiento del 3% (para el SNS) se acompaña del doble del crecimiento para las familias portuguesas (6%)", destacan en el análisis realizado en el ámbito de la Iniciativa de Equidad Social, una colaboración entre la Fundación "la Caixa", BPI y Nova SBE.
Según los investigadores, "el peso del 49% y del 45% (SNS y familias, respectivamente) alcanzado en 2020 refleja no sólo el "insignificante" peso del seguro de enfermedad y de los subsistemas en el pago del gasto de los medicamentos dispensados en las farmacias comunitarias - que pasaron del 16% en 2000 a sólo el 5% en 2020 (correspondientes a valores absolutos de 372 millones de euros y 163 millones de euros, respectivamente) - sino que, sobre todo, muestran una potencial creciente desprotección financiera de la población frente a este tipo de gasto".
Los economistas también señalan que se trata de una evolución que se produce incluso en presencia de una tendencia a la baja de los precios de los medicamentos dispensados en las farmacias comunitarias que es "perceptible en los años posteriores a 2011".