Problemas como la miopía están aumentando rápidamente. De hecho, las investigaciones han pronosticado que en 2050 habrá 4.758 millones de personas con esta afección, casi la mitad (49,8%) de la población mundial.
Además, un nuevo estudio de Macushield ha revelado que el 73% de los británicos nota que sus ojos se deterioran con la edad, y el Informe Mundial sobre la Visión de la Organización Mundial de la Salud(OMS) ha pronosticado un aumento drástico de la necesidad de atención oftalmológica en un futuro próximo, señalando que al menos 2.200 millones de personas en todo el mundo tienen problemas de visión, y alrededor de la mitad de ellas tienen problemas de visión que podrían haberse evitado.
"Es posible que algunas personas no presten a su salud ocular la atención que merece, omitiendo ocasionalmente las pruebas oftalmológicas anuales, que desempeñan un papel crucial en la detección de afecciones como cataratas, glaucoma y degeneración macular asociada a la edad", afirma el oftalmólogo Jørn Slot Jørgensen. "Cuando se identifican y abordan a tiempo, estos problemas pueden tratarse eficazmente, ayudando a salvaguardar nuestra visión".
Jørgensen afirma que la pandemia también ha influido en el empeoramiento de los problemas oculares, sobre todo en el aumento de la miopía. "Con el cambio al trabajo a distancia, ahora es más probable que las personas pasen muchas horas frente a las pantallas, tanto en el trabajo como en el ocio", afirma. "Dar prioridad a la salud ocular no es sólo una cuestión de comodidad, sino un aspecto fundamental de nuestro bienestar general".
Jørgensen, de la Laser Eye Clinic London, y Evelyn (Evie) Mensah, oftalmóloga consultora y cirujana ocular del Central Middlesex Hospital y miembro del consejo del Royal College of Ophthalmologists, describen siete formas en las que las personas pueden estar dañando su visión, sin ni siquiera darse cuenta...
1. Saltarse las pruebas oculares
Mensah dice que es aconsejable que la gente se haga una revisión de la vista cada dos años, o más a menudo si se lo recomienda su optometrista. Jørgensen añade: "No programar revisiones oculares periódicas puede dar lugar a enfermedades oculares no diagnosticadas. Afecciones como el glaucoma, la retinopatía diabética y la degeneración macular suelen desarrollarse sin síntomas perceptibles en sus primeras fases, pero la detección precoz mediante pruebas oftalmológicas es crucial para un tratamiento eficaz y la conservación de la visión."
Las pruebas oftalmológicas rutinarias también pueden detectar signos precoces de enfermedades sistémicas subyacentes, como la diabetes, el colesterol alto y la hipertensión.
2. Tiempo de pantalla prolongado
El uso generalizado de dispositivos digitales como ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos inteligentes ha llevado a períodos prolongados de tiempo de pantalla tanto para el trabajo como para el ocio, dice Jørgensen. "Esto puede provocar fatiga visual digital, caracterizada por síntomas como sequedad ocular, dolores de cabeza y visión borrosa", explica.
"En la era de la tecnología digital, es aconsejable aliviar la fatiga visual digital aplicando la regla 20-20-20", dice Mensah, es decir, cada 20 minutos, mirar algo a 6 metros de distancia durante 20 segundos. "Además, recuerde parpadear cuando utilice una pantalla para evitar que los ojos se resequen".
Créditos: PA; Autor: PA;
3. No llevar gafas de sol con protección UV
Jørgensen afirma que no llevar gafas de sol con protección UV adecuada puede provocar una exposición nociva a la radiación UV, que puede contribuir a enfermedades como las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). "Protegerse los ojos de los rayos UV, sobre todo cuando hace sol, es esencial para preservar la salud ocular a largo plazo", subraya.
Mensah afirma que la exposición a los rayos UV también puede aumentar la aparición de unos crecimientos en la superficie de los ojos llamados pterigiones, y advierte: "No todas las gafas de sol filtran la luz UV, por lo que hay que asegurarse de que lleven la marca CE, UV 400 o British Standard. Y nunca mires directamente al sol porque esto puede causar una quemadura solar en la mácula que puede resultar en pérdida visual permanente."
4. Mala alimentación y falta de nutrientes
Seguir una dieta sana y equilibrada podría ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades oculares que ponen en peligro la vista, como la DMAE, que afecta a la visión central. Mensah explica que la mácula -parte de la retina que procesa lo que ves directamente delante de ti- contiene pigmentos naturales como la luteína y la zeaxantina que se encuentran en verduras de hoja verde oscuro como las espinacas y la col rizada. "Las vitaminas A, C y E también son útiles, así que come al menos cinco raciones de fruta y verdura al día", aconseja. "Y si tiene antecedentes familiares de DMAE, pregunte a su médico de cabecera sobre la posibilidad de tomar suplementos nutricionales".
Jørgensen añade: "Una dieta pobre en nutrientes esenciales como las vitaminas A, C y E, así como en minerales como el zinc, puede perjudicar la salud ocular, ya que estos nutrientes son vitales para la visión y el funcionamiento general de los ojos. Para mantener unos ojos sanos, es crucial consumir una dieta equilibrada rica en verduras de hoja verde, frutas y verduras de colores y fuentes de omega-3."
5. Fumar
Si eres fumador, dejar de fumar no sólo es beneficioso para tu salud general, sino también para tus ojos, dice Mensah: "Dejar de fumar es un factor modificable que puede reducir el riesgo de desarrollar ciertas afecciones oculares como la DMAE y las cataratas." Pide ayuda a tu médico de cabecera si quieres dejar de fumar: hay muchos recursos útiles disponibles.
6. No llevar gafas graduadas
Mensah afirma que está muy extendida la idea errónea de que llevar gafas graduadas empeora la vista. "Esta idea es errónea", subraya. "La razón principal para llevar gafas graduadas es simplemente que las necesitas. Si descuidas llevarlas, corres el riesgo de sufrir dolores de cabeza."
7. Iluminación inadecuada
"Trabajar o leer en zonas con iluminación insuficiente puede hacer que los ojos trabajen más, lo que provoca fatiga visual, incomodidad y peor visión", dice Jørgensen. Señala que una buena iluminación, a menudo llamada "iluminación de tareas", es vital para crear unas condiciones cómodas para leer y trabajar.